Calmas gemelas



Dónde dejé, dónde olvidé mi sonrisa...
aquella que amanecía contigo y que moría en ti...

Dónde olvidé, donde dejé las mañanas...
aquellas que rozaban tu piel,
y que ahora tu ausencia hace que sobre la mía hiel.

Dónde fue mi alma...
la que tu corazón calmaba en su regazo,
y que ahora es sólo retazo en un mar sin barca...

Si alguna vez me añoraste,
mi retiro al viento no me dejó verlo...
Si alguna vez me llorabas,
mis ojos no veían tu desastre...

Dónde puso el tiempo aquellos besos,
los que me daban el cielo para volarte,
en cien palabras mil versos,
aquellos más bellos para darte...

Todo quedó en los verbos que quise hacer y no viste...
Todo voló por el suelo, rompiendo las lunas que diste...

Y ahora, más viejo, solo el silencio me recuerda un detalle...

El de aquel momento en el que nacias mi calma...
Aquel en el que sería ser inmortal y eterno en tus labios...
En el que no había ni miedo ni daño
porque recogías mi alma entre tus dedos.
donde tus manos agarrando las mías, eran velas de mi balsa...
 que al compás de tus palabras, eran esperanza y viento...

Y al último suspiro hoy me rindo sincero,
 porque ya no navega esa barca, ni se hincha esa vela,
la que atracando en tu alma serena,
 reposaba mi vida, y, en su arena,
dormidas estaban,
bajo un sol que moría...
dos calmas gemelas en alba...

Comentarios

  1. Un poema con mucha fuerza, me ha gustado bastante.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por leerme, me alegro que te guste, si, contiene un buen trozo de mi...
      Un saludo!

      Eliminar

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